Comprar o arrendar, esa es la interrogante que muchos dueños de propiedades se plantean, sin encontrar una respuesta definitiva. La diversidad de información y opiniones en apoyo de una u otra opción puede resultar abrumadora. Pero, ¿cuál de estas opciones es la más acertada para el año 2023, si es que existe una elección indiscutible?
En el presente artículo, exploraremos este dilema desde varios ángulos, con la esperanza de proporcionar orientación a aquellos propietarios que se debaten entre la compra y el alquiler. ¿Es más conveniente vender o alquilar? ¿Este es el momento adecuado para vender? ¿Cuándo sería la mejor época para hacerlo? Si te encuentras entre quienes se atormentan con estas cuestiones, este artículo puede brindarte algunas perspectivas valiosas.
Para establecer un contexto, es fundamental analizar los datos del año 2022. Fue un año que comenzó con un buen desempeño en el mercado de compraventa de viviendas, con un total de 311,900 transacciones hasta junio. Según el Instituto Nacional de Estadística, en noviembre, las compraventas de viviendas inscritas aumentaron un 10.8% con respecto al mismo mes en 2021.
Adicionalmente, en ese mismo mes, Andalucía se situó entre las Comunidades Autónomas con el mayor número de compraventas de viviendas por cada 100,000 habitantes, junto con la Comunidad Valenciana y La Rioja.
Estos datos indican un creciente interés de los ciudadanos por adquirir propiedades en tiempos recientes, una tendencia que podría extenderse a lo largo de 2023. Sin embargo, algunos expertos advierten que esta tendencia podría cambiar en el futuro si la alta inflación persiste durante un período prolongado. Los precios elevados pueden impactar negativamente en los ahorros familiares y, a largo plazo, perjudicar la adquisición de viviendas, según Fotocasa. De todas formas, hasta la fecha, los datos de compraventa siguen siendo muy favorables en comparación con años anteriores.
A pesar de estos datos, una verdad innegable es que mantener una propiedad desocupada es desaprovechar un recurso valioso, especialmente en un momento en que se estima que cada vez habrá menos personas con la capacidad de adquirir una vivienda.
Por lo tanto, si eres dueño de una propiedad vacante, es fundamental buscar una forma de rentabilizarla, ya sea a través de la venta o el alquiler. No obstante, es importante destacar que el mercado inmobiliario en nuestro país es complejo, y ambas opciones conllevan ventajas y desventajas.
Además, para quienes han heredado una propiedad de manera inesperada, la gestión y uso de esa vivienda puede convertirse en un desafío. Por tanto, antes de tomar una decisión, es vital evaluar minuciosamente los pros y cons de ambas alternativas.
Ventajas de la venta:
- Disponibilidad inmediata de una suma considerable de dinero, lo que puede ser beneficioso si necesitas liquidez, por ejemplo, para reinvertir ese capital.
- Posibilidad de obtener beneficios significativos en la venta, especialmente si adquiriste la propiedad en un momento propicio, como cuando la zona aún no se había desarrollado o se ha vuelto más atractiva con el tiempo.
- Potencial para aprovechar ventajas fiscales, como la exención de impuestos sobre las ganancias patrimoniales si la propiedad vendida fue tu residencia principal, sujeto a requisitos legales y reinversión en otra vivienda.
Ventajas del alquiler:
- Mantenimiento de la propiedad de la vivienda, ya que alquilar solo cedes el derecho de uso, pero sigues siendo el dueño.
- Ingreso regular de alquiler mensual, lo que proporciona una fuente constante de ingresos.
- La vivienda puede servir como garantía en caso de necesitar un préstamo, lo que aumenta las posibilidades de obtener financiamiento.
Desventajas de la venta:
- Pérdida del activo patrimonial y la oportunidad de obtener ingresos mensuales.
- Prolongados tiempos de venta, durante los cuales debes continuar asumiendo los costos relacionados con la propiedad.
- Trámites complejos y tediosos en la compraventa, que requieren la intervención de notarios y terceros.
Desventajas del alquiler:
- Posibles inquilinos problemáticos y riesgo de ocupación ilegal, lo que puede generar preocupaciones en la gestión de la propiedad.
- Continuación de los gastos de propiedad, como impuestos de la comunidad de propietarios e impuestos sobre bienes inmuebles (IBI), que suelen recaer en el propietario.
- Periodos de desocupación, lo que significa que puede haber meses sin ingresos y solo gastos.
Tras sopesar estos argumentos, la elección entre vender y alquilar dependerá de la situación individual de cada propietario. No obstante, si tu objetivo es evitar complicaciones y obtener beneficios inmediatos, la venta parece ser la elección más adecuada.
No te compliques. Contáctanos y elige cuándo vender; nosotros nos encargaremos del resto.